lunes, 13 de mayo de 2013

RELACIÓN DE DATOS DEL PROYECTO EUROVEGAS.

http://www.abc.es/local-madrid/20130510/abci-eurovegas-arrancara-edificacion-similar-201305082309.html

EUROVEGAS TENDRÁ 30 KILÓMETROS DE CALLES Y EMPLEARÁ 600.000 TONELADAS DE HORMIGÓN.

Las cifras de Eurovegas apabullan. Solo en su primera fase, hasta 2017, está prevista una superficie construida superior a 3,3 millones de metros cuadrados, el equivalente a lo existe hoy en el PAU de Carabanchel. Además, tendrá 1.000 kilómetros de redes de agua y saneamiento que, es poco más de la longitud del río Ebro, y 30 kilómetros de calles —con su alumbrado, aceras, servicios y mobiliario urbano—, que es, aproximadamente, la distancia entre Madrid y Móstoles.
Todos los datos sobre la primera fase de Eurovegas, a los que ha tenido acceso ABC, ponen de manifiesto que Sheldon Adelson quiere plasmar en Alcorcón su proyecto europeo más ambicioso. Será en el Distrito Norte del municipio madrileño, que excede a la parcela conocida como Venta de la Rubia. La superficie total es de 1.200 hectáreas, de las que 750 serán para el proyecto de Adelson. Son casi 200 los propietarios del suelo con los que, según parece, se sigue negociando. El Ayuntamiento es titular de una parque muy pequeña de la finca.

Ciudad Altética

Otras 150 hectáreas (dentro de las 1.200), están pensadas par a la futura Ciudad Deportiva del Atlético de Madrid, un empeño del alcalde de Alcorcón, David Pérez.
Eurovegas está diseñado en tres fases. El proceso tiene una duración aproximada de 13 o 14 años, con casi 17.000 millones de euros de inversión y, se espera, 250.000 puestos de trabajo. La primera fase llevará hasta el año 2017 y se invertirán más de 6.000 millones de los que 3.600 los aporta la propia empresa —Las Vegas Sands—, con recursos propios.
las obras de la segunda fase, siempre según lo previsto, se iniciarán año y medio después de inaugurar la primera porque la compañía quiere ir financiándola con parte de los beneficios que generen los complejos ya en funcionamiento. Podría inaugurarse entre 2021 y 2022. Para la tercera fase habrá que irse hasta 2025, como mínimo.

Urbanización

Volvemos a la primera fase. La construcción de esos 3,3 millones de metros cuadrados (equivalente a 333,5 hectáreas), creará 50.000 puestos de trabajo solo en el ámbito de la construcción y la urbanziación, así como otros 164.000 empleos directos. Hay otros 97.000 indirectos. Se levantarán 4 hoteles de 4 y 5 estrellas (12.000 habitaciones), 4.800 plazas de restauración), y casinos (384 mesas , 8.160 «slots» y 2.600 plazas para comer..
La zona de «turismo de negocios» abarcará 149.000 metros cuadrados y la comercial 136.000. También aquí se crearán zonas para comer con un total de 5.194 plazas. Para el ocio, la primera fase de Eurovegas dedicará 64.000 metros cuadrados y otros 1,4 millones de metros cuadrados para zona residencial. Las plazas de aparcamiento se distribuirán a lo largo de 556.000 metros cuadrados y las piscinas en 72.000.

El «techo» de Madrid

En febrero pasado, el presidente y consejero delegado de Las Vegas Sands, Michael Leven, dijo aquello de que «Alcorcón es nuestra opción favorita». Nuestro periódico publicó, en exclusiva, la primera imagen del hotel principal de Eurovegas en su primera fase: un «resort» de 72 plantas que será el «techo» de Madrid, desbancando así , por 50 metros, a la torre de Caja Madrid y a la torre Cristal, ambas en el Paseo de la Castellana, que se elevan hasta los 250 metros de altura en el «sky line» de la capital madrileña.
En la primera fase, además de hoteles y casinos, están proyectados un circo estable, seis teatros, centros comerciales de lujo, «outles», 600 salas de reuniones, un pabellón Arena para 20.000 personas, anfiteatro exterior, restaurantes, piscinas balnearios, canchas de tenis y campos de golf. Una de las «estrellas» será la recreación de la plaza de Times Square.

El peso de 30 aviones

Siguen las cifras abrumadoras sobre lo que va a ser la primera fase de Eurovegas. Se van a necesitar 600.000 toneladas de estructuras metálicas y de hormigón (0,35 toneladas por metro cuadrado) y, también, 30.000 toneladas de árido extraído de las canteras de Madrid, un peso total similar al de 30 aviones.
Se van a necesitar 700.000 metros cuadrados de fachadas y cubiertas eficientes y otros 470.000 de acristalamiento eficiente, ventanas y muros cortina. Los técnicos calculan que también habrá que emplear 200.000 metros cuadrados de cerramientos aislados térmicamente para las fachadas eficientes.

Climatización

Todos los proyectos de construcción, urbanización, canalización, pintura, decoración, fontanería y carpintería, entre otros, serán un reclamo para los proveedores tanto madrileños como españoles.Un ejemplo: los constructores tendrán que instalar unos 3 millones de kilovatios de potencia sólo para la climatización de los edificios y, además, precisarán decenas de millones de metros de instalación eléctrica y de telecomunicaciones.
Los equipos de alta tecnología serán necesarios por miles y miles para cubrir todas las necesidades informáticas propias de una empresa, un negocio, restaurante, hotel, casino o tienda de lujo. Todo ello sin olvidar la trama de seguridad en edificios, contra incendios, alarmas y cámaras de seguridad.
La primera fase de Eurovegas tendrá 1.000 kilómetros de tendidos de redes de agua, saneamiento, comunicaciones y energía, algo así como todo el cauce del río Ebro, que mide casi 950 kilómetros. Y, por si todo esto fuera poco, habrá 30 kilómetros de «calle» con sus correspondientes servicios de alumbrado, riego, aceras, mobiliario urbano y servicios, un kilometraje similar a la distancia entre Madrid capital y el municipio de Móstoles, por ejemplo.

Ingresos y turismo

Los técnicos que han elaborado la primera fase del proyecto de Adelson también calculan que, si todo marcha como se espera, vendrán a nuestra comunidad —vía reclamo Eurovegas—, unos 11 millones de turistas en quince años. El incremento de ingresos para las arcas regionales y locales sería de unos 15.000 millones de euros.

sábado, 16 de marzo de 2013

Restaurando una facha-da de España.


¡Españoles! ¿Juráis o prometéis por vuestra conciencia y honor guardar la Constitución como norma fundamental del Estado, con lealtad al Rey y si fuera preciso entregar vuestra vida en defensa de España?”

Así comienza el juramento civil a la bandera española, una propuesta que no siendo novedosa, sí que parece que vaya a formar parte de toda fiesta patronal que se precie. Quijorna ya se ha sumado a ella. Tras esta clase de festejo, y ya nos estamos acostumbrando a ello, se encuentra el vehemente propósito de adoctrinar e inocular ideologías semejantes a la ya fracasada “una, grande y libre” como dormitivo para aliviar al país de la terrible epidemia de corrupción y mediocridad que la asola. Se trata por tanto de otro ejercicio de españolización que se suma a los ya existentes como la selección de fútbol, la marca España y una educación al estilo Wert. Al mismo tiempo es una herramienta efectiva para saber dónde se pueden encontrar, a priori, adeptos y críticos con el sistema, patriotas y enemigos de la nación. De nuevo, la bandera española, como venido ocurriendo a lo largo de su corta historia, poco más de doscientos años, se utiliza como elemento separatista. Este tipo de actos lo que viene a demostrar es precisamente lo contrario de lo que se quiere reafirmar, o si se prefiere, el reconocimiento no explícito de la desafección que sufre la bandera, la Corona y el Estado, sumando a ello la desconfianza existente en el sistema cuya podredumbre avanza desaforadamente entre los resortes de un Estado que se tambalea confundido entre tanta hediondez.

De nada o de muy poco han servido para acrecentar el sentimiento nacional los títulos conseguidos por la selección de fútbol compuesta por un nutrido grupo de mercenarios vestidos con la equipación “nacional” que exprimen al Estado como sanguijuelas con sus altas primas, o la marca “España”, invento para dotar de sustancia a este quimérico país. Hoy, languidecen los ecos de aquella soflama del “Yo soy español, español” dirigida y orquestada desde todos los medios de que dispone el Estado, y languidece precisamente por empresarios, los mismos que elaboran reformas laborales que les permitan llevarse sus empresas a otros países con un coste económico casi cero, y por políticos, los mismos que aprueban reformas laborales para desfalcar, al más puro estilo Chièvres, el contenido de las arcas del Estado.

Es una inanidad hacer un juramento en el siglo XXI a una bandera impuesta precisamente por una dinastía, los Borbones, que ha sido la más perniciosa para los intereses de los españoles, y que a día de hoy, sigue haciendo honor a su historia burlándose de los ciudadanos de este Estado. La conciencia nacional no puede basarse en futilidades, no puede ser una facha-da. La solución a este desasimiento por la bandera y lo que representa puede encontrarse en un nueva construcción estatal o federal basada en el desarrollo y fortalecimiento de los engranajes de las distintas nacionalidades que componen el Estado español, sin olvidar ninguna de ellas, sin distinciones ni privilegios entre ellas. Hablo por tanto de devolver el derecho a ser nación a los distintos territorios del Estado, a todos, y no solamente a aquellos que parece se han apropiado de este derecho en exclusividad. Naciones como León, Castilla, Navarra y Aragón son a día de hoy incomprensiblemente ignoradas. La jura de bandera, de esta bandera, es contribuir a restaurar una y otra vez una facha-da de España que nada está favoreciendo las relaciones entre los distintos territorios. Una facha-da utilizada para ocultar y hasta aniquilar una historia y que actualmente cae como una lápida para mancillar el presente y pervertir el futuro.

miércoles, 6 de marzo de 2013

España: un capricho, "su" capricho.


Observando a gran parte de nuestra clase política y a quienes les circundan, no es difícil comprobar de qué manera la niñez les sigue acompañando; de qué forma tan insistente el egoísmo y los caprichos van marcando una agenda que va dejando de ser política para ser más personal.

La indeleble conciencia va dejando un rastro con los años, una huella invisible en el exterior pero que puede ser terriblemente devastadora en el interior hasta hacer caer edificios que en poco tiempo parecían indestructibles. No es posible liberarse de ella por mucho que se la niegue, por mucho que nuestros políticos, – algunos de ellos – se constituyan en una nueva especie de superhombre, a la más pura filosofía nietzscheana. Esto, que en un principio no es grave, lo es cuando en sus manos se encuentra el destino de miles de ciudadanos.

Nos hacemos mayores, los sofás de los despachos, como la vida, no son para siempre, y aquí radica la incomprensible incomprensión de esta vida que no les permite – en base a su excelencia – permanecer más allá de sus deseos, de sus caprichos de perpetuación en el puesto, en el sofá. Lástima que también la vida tenga sus caprichos, y al final, aunque el ataúd sea de oro, todos iguales.

Me da miedo preguntarles por su presente, no está siendo tranquilo, de ello estoy seguro. Ha dejado de sonar esa armoniosa sinfonía, innegablemente bella, que sólo escuchaban en sus oídos compuesta para ensalzar no sólo el espíritu, sino la mente de esa horda de acreedores de la sabiduría y del poder que como un capricho más, quieren controlar la voluntad de los demás. Desafina; es la conciencia que se agita como un taladro que martillea su presente. No es fácil tener que escoger entre el ego y la conciencia, entre la servidumbre y la conciencia, y aún es peor cuando la conciencia se revuelve atormentada, fustigada por el diablo ante el llanto, la impotencia y la desesperación de cientos de familias cuyo futuro se ha visto cercenado por un capricho. Y es que crecer no nos libera de los caprichos; el país no puede ser reducido ni conducido como un pequeño juguete, no puede ser un capricho más con el que entretener su ocio y negocio, o con el que rellenar su aburrimiento.

Puede que para nuestra clase política, – no toda – la conciencia sea un chip integrado en una sub-especie humana que tras un breve sueño de progreso se les ha vuelto a condenar al mismo lugar del que nunca debieron salir. Pero, ¿de qué otro modo se podrían mantener sus salarios y el mantenimiento de sus asientos? Lo primero es lo primero y ante todo hay que mirar por uno mismo. Este es el principio básico de sus líneas de actuación.

Nuestra clase política – y no quiero generalizar – en cuestión de caprichos son incansables, aeropuertos, plazas de toros, ornamentaciones varias y muy variadas, así como otros lujos... Sé muy bien que no es bueno dejar ese capricho en el tintero, tarde o temprano reaparece con más fuerza hasta poder llegar a ser una enfermedad, una obsesión. Por eso no me sorprende su obstinación por el aeropuerto de Navalcarnero. Ellos, a diferencia de gran parte de la población, no tienen que recurrir a representar una “pataleta” para conseguirlo, les basta con dar unas cuantas patadas. Es muy difícil, con estas facilidades, renunciar a un capricho, lo entiendo. Son los verdaderos privilegiados. No deben ser tan modestos. A diferencia, nosotros, el común, a duras penas mantiene su trabajo con un salario cada vez más precario y con un futuro cada vez más incierto; siempre dependientes de sus caprichosas decisiones. Caprichos... y para una gran masa de la población los caprichos se han convertido en un sueño onírico, en un deseo que está por encima de sus posibilidades.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Gregarismo feudal y primitivo. La enseña nacional como elemento segregador.


Un gregarismo feudal y primitivo, propio de los tiempos a los que este gobierno con sus políticas nos quiere hacer retroceder, inunda la vida de los españoles.
La crítica feroz que han desatado y desatan en la clase política y especialmente mediática las manifestaciones contrarias a las políticas de recortes del gobierno actual, han alcanzado, dentro del todo vale, el máximo grado de paroxismo lisérgico al detener manifestantes ajenos a cualquier altercado, inventarse delitos contra las instituciones del Estado, implantar el terror como mecanismo de sometimiento y sugerir incluso la prohibición de huelgas generales y después, cualquier huelga. Es una prueba más del razonamiento anfetamínico que puebla las sementeras de muchos de los pensadores que donan su imagen en empréstitos muy íntimos enrolados en mesnadas para salvaguardar privilegios impropios sin otra finalidad que limitar o incluso seccionar la práctica democrática. Su impericia para ocultar sus verdaderos propósitos – el control absoluto de este sistema de gobierno – es otra práctica política que puede ser tan legítima como censurable y que por principio, aunque les pese, poseé, como mínimo, la misma credibilidad que la de quienes disienten de sus argumentos. Partir del respeto, además de ser un principio de igualdad –precisamente el escollo en el que quedan encalladas sus enfervorecidas defensas de los recortes y reformas – es sentar las bases para un discurso elaborado desde el raciocinio y no desde un gregarismo feudal y primitivo. Cuando la resultante de un razonamiento es consecuencia de una elucubración pasional más que de un análisis riguroso, afloran entonces los comportamientos propios de un nacionalismo de fundamentos insustanciales. Estamos pues ante el alimento necesario para que los engañosos próceres encumbrados bajo el grito del todo por la patria aparezcan como una gangrena por los platós de televisión y columnas de periódicos reiterando una y otra vez el menú del día, ejecutando los servicios exigidos por la oligarquía de la que son miembros partícipes. Sus voces flamean como rayas horizontales rojas y gualdas poniendo fondo al símbolo de San Juan, y sus textos bordan sobre brazos armados, uniformados de azul, el emblema nacional cuya manifestación patriótica se versifica en hacer callar y perseguir al que disiente. Se convierten indefectiblemente en la voz propagandista e incluso caciquil de un nacionalismo análogo a ese otro nacionalismo que llaman excluyente y que desde sus mismos asientos, en un ejercicio soberano de cinismo, han condenado y condenan con centenares de epítetos como sentencias. Una vez más, la bandera que representa al Estado español, la más presente en cada manifestación, – presente en cada número de la policía – la convierten en herramienta o arma arrojadiza sobre quien incomoda como una espada de Damocles dispuesta una vez más a cortar cabezas.

Es pues, de entre todas las banderas, constitucionales o no, la más segregadora, la que sitúa a los españoles de nuevo en dos bandos: patriotas y antipatriotas. La que divide al Estado español en dos corrientes casi irreconciliables: la de los ojos que no ven y en oposición, la del corazón que siente.

domingo, 11 de noviembre de 2012

Esperanza Aguirre, la insumisa.


A grito de insumisión, la ya ex presidenta de la Comunidad de Madrid contrató a 28 profesores nativos para impartir asignaturas en inglés.

Las despedidas como el agua, nunca son a gusto de todos y ahora cuando su tufillo revolucionario empezaba a caerme simpático me abandona. La ex se había aficionado a esto de las insurrecciones, primero fue la educación para la ciudadanía, ahora la contratación de profesores e incluso su abandono de la política. 

Quien sabe si ahora desde su escondite esté siendo retratada a imagen y semejanza de aquel fresco de 1830 pintado por Eugène Delacroix La libertad guiando al pueblo, retocada por photoshop al más puro estilo Ana Rosa Quintana, enarbolando la bandera española, vestida de rojo y gualda con sus calcetines protegiendo sus pies paseando sobre un pueblo moribundo con el título: La Esperanza avanzando sobre el cadáver del pueblo.

Cada vez es más plausible que su retiro ha sido un acto de rebeldía contra el PP por no haberse plegado a sus exigencias, porque es sobradamente conocido que lo que es bueno para ella debe serlo para todos. Puede que, como venganza, se declare insumisa de su propio partido e incluso de sus propias leyes – Eurovegas – .

Pero si hay algo de qué preocuparse más allá de una posible adicción a la insumisión y a las actitudes felonas para con su partido, es que convierta la insumisión en un oficio o profesión. Pero no un oficio para todo el mundo, sino un oficio para personas exclusivas y distinguidas. Un oficio que se desarrollará en inglés y que se estudiará dentro de algún máster como complemento de algunas titulaciones universitarias con tasas abusivas para un mayor control de la población universitaria tan proclive a la protesta y a la insurrección, impidiendo de este modo su acceso a aquel que no pueda comprar su titulación.
Pero aún podría llegar más lejos y en sus delirios secesionistas del PP termine de oKupa en la Asamblea de Madrid o en el Palacio de la Moncloa para no abandonarlo jamás.

Que disfrute de salud muchos años y que Dios nos proteja de sus delirios. Porque irse, lo que se dice irse de la política, no se ha ido.

El embegido dezidor.

jueves, 18 de octubre de 2012

AEROPUERTO NAVALCARNERO - EL ÁLAMO: LA HISTORIA INTERMINABLE.

Era evidente que si Eurovegas finalmente se instalaba en Madrid y más concretamente en Alcorcón, era cuestión de tiempo, de poco tiempo que para satisfacer aún más al todopoderoso Sr. Adelson, se le pusiese como un caramelo a niño la construcción de un aeropuerto. Ese aeropuerto no podía ser otro que aquel que años atrás se intentó imponer sin éxito en las poblaciones de Navalcarnero y el Álamo y que ahora, con el respaldo y excusa de este complejo de ocio y desparrame, vuelve a recuperar protagonismo. La historia vuelve a repetirse. La historia comienza de nuevo.


miércoles, 20 de junio de 2012

NO SOY SEGUIDOR DE "LA ROJA".


¿Español?
¡Qué difícil es sentirse español, o por lo menos español de España! Dicen que cuando la misera asola surgen los sentimientos más patriotas, y debemos estar en esa tesitura. Hoy, el fútbol, “la roja”, une y se convierte en la exaltación máxima de ese fervor nacional, posiblemente el único fervor nacional, el que une a más españoles después de la falta de recursos económicos que está uniendo en el dolor a millones de españoles integrantes o en puertas de hacerlo, de ese indeseado otro equipo nacional que es la pobreza y que no cobrará por ser campeón de Europa. Una “roja” que se encuentra muy lejos de ser un elemento de unión más poderoso que los únicos y ya tradicionales que han sido comunes en todos los territorios de este Estado: la inquisición y la guardia civil. Perdonenme por no ser seguidor de “la roja”, tampoco soy aficionado al fútbol, pero considero que cuando una nación, como así la llaman, muestra su fervor nacional únicamente con el fútbol o todo lo más con algunos deportes, es que queda muy poco de nación.

Un fervor nacional que muestra sus señas de identidad yendo a las tiendas de todo a un euro para exponerlas en balcones y ventanas, que aquí nadie sospeche que uno es menos español que otro. –¡Qué suerte tienen los “chollo chinos”que están vendiendo a espuertas banderas de España! – ¿De España? – me pregunto. No. No son de España, o por lo menos de esta España porque otra todavía no conozco. Y lo digo porque en muchos de los casos, esas banderas bien podrían pertenecer a un nuevo invento de país todavía sin bautizar. En algunas de esas enseñas las cadenas de Navarra son sustituidas por líneas negras y rojas. La casa real pierde en el escusón sus símbolos tras lo que parecen las tres cruces del monte del calvario (tal vez en esto tengan razón “los chinos”). El reino de León aparece de color rojo cuando le corresponde el púrpura, linguado y uñado. A Castilla, su castillo no es aclarado de azur o azul, a veces ni siquiera con el fondo rojo y a Aragón, cuando no le cambian de color sus palos, le cambian su número. ¿Se trata por tanto de la enseña de España o es que ese fervor nacional más se parece a la España de pandereta que muestra sin pudor desde las ventanas su propia ignorancia sin saber que la llevan puesta? ¿Es pues esto el orgullo de una nación? Si la educación en este país sigue por estos derroteros, y me estoy refiriendo a esos recortes impúdicos, terminaremos, ya estamos en camino, por no saber lo que somos, ni de dónde venimos.

Y qué decir de aquellos que no saben dónde se encuentra el frontal de la bandera y colocan la bandera al revés. Me pregunto qué sentirán todos aquellos que practican un nacionalismo español tan pulido de conocimientos como la superficie de un balón al ver cómo la bandera de su país se muestra dando la espalda a su propio país. ¡Qué mala educación!

Cuánto debemos agradecer a quien se le ocurrió colocar el escudo más cercano a la izquierda de la bandera (vista de frente), porque nunca se imaginó cuánto ha ayudado y ayudará a las generaciones venideras a mostrar la bandera correctamente.